martes, 20 de marzo de 2018

Ganoderma lucidum y cuentos chinos

Hace mucho tiempo, a finales de los años ochenta, andaba yo un verano por un robledal de la sierra de Guadarrama cuando encontré dos hermosas setas al pie de un viejo roble. Eran de color rojizo por el centro y amarillento por los extremos y tenían un color brillante similar al de un barniz. Además de tener la carne dura, el aspecto no era muy apetitoso, pero por entonces empezaba a tener un interés por las setas mas allá de su valor culinario, por tanto, corté una de las dos setas y me la llevé para consultar de qé especie se trataba en el único libro de micología del que disponía entonces. 

Fue fácil clasificarla, se trataba de una Ganoderma lucidum, especie que crece sobre la madera muerta de muchos planifolios. Se trata de una seta poco frecuente pero no muy rara, aunque en ese momento la estaba viendo por primera vez. Su nombre común es la pipa, ya que parece que el árbol que la hospeda esté fumando una cachimba. No me pude imaginar que en estos días, fuera de los libros micológicos, se hablase de esta seta llamándola por su nombre en japonés: reishi

Esto se debe a que hace años se lleva comercializando la Ganoderma lucidum como medicamento tradicional de las medicinas orientales. De ello nos ha hablado mucho el escritor Fernando Sánchez Dragó, que afirma ser el primero en haber traído esta seta a España en 1993 pese a ser ésta una especie presente en nuestros bosques caducifolios y que apareciía en los libros de micología españoles desde hacía décadas. No voy a afirmar si la composición de la pipa tiene o no algún principio activo útil para la medicina, pero está claro que Sánchez Dragó no es muy riguroso cuando habla de ella. Como muestra, la siguiente afirmación: 

"En la década de los setenta, un equipo chino-japonés logró el cultivo de reishi por primera vez fuera de su ámbito natural."

Propongo un experimento: coger parte del himenio de una seta, que es donde se encuentran las esporas e introducirlo entre las grietas de una rama seca de roble, dejar después la rama semienterrada manteniendo siempre húmeda la tierra y será muy probable alcanzar el logro del equipo chino-japonés.

Pero para cuento chino, el que dejo en este enlace, en el que Sánchez Dragó para hablarnos de la escasez de la seta, nos cuenta que un emperador de la China tenía gran parte de un ejército ocupado en la búsqueda de la codiciada pipa. Además de que la seta no es tan escasa como para emplear tantos medios en su recolección, salvo que el Emperador consumiese toneladas diarias, no parece creíble que los soldados las buscasen a cuatro patas. ¿Alguien ha buscado setas en esa postura?. Como mucho ha echado el cuerpo a tierra para cortar una seta que haya crecido bajo un arbusto. O bien se trata de una metáfora o bien el escritor no ha recolectado setas nunca. Y sobre la cifra de 2 ejemplares por cada 40.000 árboles, no se con qué frecuencia se encontraban en China, pero en los robledales cercanos a la sierra de Guadarrama hay muchas mas.

Por último. Dado que la Ganoderma lucidum no es comestible y que sus propiedades medicinales no están demostradas, si ven una por nuestros montes es mejor que la dejen donde está. Recordemos que además de cumplir su función ecológica descomponiendo la madera muerta, enriquece con su colorido la biodiversidad.

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