domingo, 15 de septiembre de 2019

Un amanecer en Siete Picos

Siete Picos desde el Ventorrillo (1943)

"Este tío es mas fresco que un amanecer en Siete Picos"

La anterior frase se proninció en la primera película sonora española: "El misterio de la Puerta del Sol" (1929). La historia sucede casi en su totalidad en Madrid a excepción de unas escenas en Barcelona. Algunas tomas están rodadas en las afueras de la capital pero en ninguna aparece ni como plano de fondo la sierra de Guadarrama. La frase la pronincia una cantaora (Teresa Silva) comentando la actitud del protagonista Pompeyo Pimpoyo (Juan de Orduña) y el motivo por el cual hizo la comparación con Siete Picos y no con cualquier otra montaña de la sierra debe ser que el guionista considera que para todo el público madrileño de la época le resultaba conocido el nombre de esta hermosa montaña.
Aunque Siete Picos no sea de las montañas mas altas del Guadarrama, tiene una silueta caracteristica que la hace reconocible en la lejanía y es visible desde cualquier punto alto de Madrid. Hay quien afirma que durante parte de la edad media se conoció como "Sierra del Dragón" por similitud de sus cumbres con el lomo del mítico animal, hecho que mencionan numerosos artículos pero sin dejar claro cual ha sido la fuente medieval consultada. Sea cierto o no que en algun momento recibió ese nombre, con dragones y sin ellos Siete Picos tiene sus leyendas propias; una de ellas se refiere a una formación accidental del tercer pico llamada "La Ventana del Diablo".

Si desde Los Cogorros, en el puerto de Navacerrada miramos hacia la Umbría de los Siete Picos veremos cómo la luz pasa a través del tercer pico. Esto es debido a que sobre dos rocas de paredes verticales hay una losa de granito horizontal que forma un dintel natural y de lejos parece una ventana. Cuenta la leyenda que por esa ventana se suele asomar Barrabás. Nunca he presenciado ese evento ni conozco a nadie que lo haya visto. Puede que algún día me de un buen susto.

Ventana del Diablo. (No es Barrabás el que se asoma).

Un comentario que se suele escuchar cuando alguien observa desde elejos los Siete Picos es: "Solo cuento seis". La respuesta a esto nos la da Camilo José Cela en su Cuaderno del Guadarrama:

"El primer pico de la izquierda, visto desde el valle del Guadarrama, es más bajo que los otros seis y queda algo separado, como campando por sus respetos"

Ese pico, al que Cela también le llama "el mas bajo y solitario" tiene el honor de tener un nombre propio: Pico de Majalasna, cuando al resto de los picos se les suele llamar por su número ordinal, y no siempre correctamente; tradicionalmente se han numerado los picos desde Cercedilla hacia el puerto de Navacerrada, de oeste a este siendo el primero el de Majalasna y el séptimo y mas alto el mas cercano al puerto de Navacerrada o Pico Somontano. Pero en los últimos años hay publicaciones que los numeran desde el Puerto de Navacerrada llamándole "primer pico" al Somontano. Esto es debido a que estos autores tienen un punto de vista exclusivamente excursionista y la excursión mas común hacia los Siete Picos se inicia en el puerto de Navacerrada, ahorrando así cientos de metros de desnivel. Así es como el Pico de Majalasna sigue siendo el mas solitario mientras que en la ascensión al Somontano nos podemos encontrar el siguiente panorama:


 
Hacia el 7º Pico desde el cerro del Telégrafo.

Mientras que la cumbre del séptimo pico suele estar muy visitada, los cinco picos siguientes lo están menos, pese a existir un camino que recorre los seis mas altos para descender después al Collado Ventoso. Ese camino nos deja al pico de Majalasna fuera de ruta ya que descender desde el segundo pico al primero es peligroso y poco practicable, pero existe la posibilidad de descender al Pico de Majalasna por un camino que se encuentra entre el segundo pico y el tercero, muy cerca de la Ventana del Diablo.

Esta maravillosa montaña también se puede rodear por el norte y por el sur. Por el norte, por el conocido camino Schmidt, que une cómodamente el puerto de Navacerrada con el collado ventoso atravesando la parte alta de los densos pinares de Valsaín. También se puede llegar por el mismo camino hasta el puerto de la Fuenfría utilizando una variante llamada "Senda Cospes". Por rodea los picos la Senda Herreros, un camino mas exigente que el Schmidt ya que pasa por la vertiente mas pedregosa y abrupta, pero muy recomendable ya que permite unas extraordinarias vistas de los crestones mirando hacia el monte mientras que mirando al valle nos muestra un circo cubierto de un bosque mixto de pinos y robles, con un extraordinario contraste de colores si lo vemos en otoño.

Senda Herreros
Vertiente sur de Siete Picos

Muchas mas historias se podrán contar sobre esta emblemática montaña. La última es que en algún lugar de ella descansan las cenizas de la campeona olímpica Blanca Fernandez Ochoa por ser un paraje muy querido por la esquiadora. La montaña que guarda su memoria extiende sus lomas hacia Cercedilla, su pueblo, es visible desde Madrid, donde ella vivió mucho tiempo y está muy cercana al puerto de Navacerrada, donde de niña aprendió a esquiar.
QEPD.

martes, 20 de marzo de 2018

Ganoderma lucidum y cuentos chinos

Hace mucho tiempo, a finales de los años ochenta, andaba yo un verano por un robledal de la sierra de Guadarrama cuando encontré dos hermosas setas al pie de un viejo roble. Eran de color rojizo por el centro y amarillento por los extremos y tenían un color brillante similar al de un barniz. Además de tener la carne dura, el aspecto no era muy apetitoso, pero por entonces empezaba a tener un interés por las setas mas allá de su valor culinario, por tanto, corté una de las dos setas y me la llevé para consultar de qé especie se trataba en el único libro de micología del que disponía entonces. 

Fue fácil clasificarla, se trataba de una Ganoderma lucidum, especie que crece sobre la madera muerta de muchos planifolios. Se trata de una seta poco frecuente pero no muy rara, aunque en ese momento la estaba viendo por primera vez. Su nombre común es la pipa, ya que parece que el árbol que la hospeda esté fumando una cachimba. No me pude imaginar que en estos días, fuera de los libros micológicos, se hablase de esta seta llamándola por su nombre en japonés: reishi

Esto se debe a que hace años se lleva comercializando la Ganoderma lucidum como medicamento tradicional de las medicinas orientales. De ello nos ha hablado mucho el escritor Fernando Sánchez Dragó, que afirma ser el primero en haber traído esta seta a España en 1993 pese a ser ésta una especie presente en nuestros bosques caducifolios y que apareciía en los libros de micología españoles desde hacía décadas. No voy a afirmar si la composición de la pipa tiene o no algún principio activo útil para la medicina, pero está claro que Sánchez Dragó no es muy riguroso cuando habla de ella. Como muestra, la siguiente afirmación: 

"En la década de los setenta, un equipo chino-japonés logró el cultivo de reishi por primera vez fuera de su ámbito natural."

Propongo un experimento: coger parte del himenio de una seta, que es donde se encuentran las esporas e introducirlo entre las grietas de una rama seca de roble, dejar después la rama semienterrada manteniendo siempre húmeda la tierra y será muy probable alcanzar el logro del equipo chino-japonés.

Pero para cuento chino, el que dejo en este enlace, en el que Sánchez Dragó para hablarnos de la escasez de la seta, nos cuenta que un emperador de la China tenía gran parte de un ejército ocupado en la búsqueda de la codiciada pipa. Además de que la seta no es tan escasa como para emplear tantos medios en su recolección, salvo que el Emperador consumiese toneladas diarias, no parece creíble que los soldados las buscasen a cuatro patas. ¿Alguien ha buscado setas en esa postura?. Como mucho ha echado el cuerpo a tierra para cortar una seta que haya crecido bajo un arbusto. O bien se trata de una metáfora o bien el escritor no ha recolectado setas nunca. Y sobre la cifra de 2 ejemplares por cada 40.000 árboles, no se con qué frecuencia se encontraban en China, pero en los robledales cercanos a la sierra de Guadarrama hay muchas mas.

Por último. Dado que la Ganoderma lucidum no es comestible y que sus propiedades medicinales no están demostradas, si ven una por nuestros montes es mejor que la dejen donde está. Recordemos que además de cumplir su función ecológica descomponiendo la madera muerta, enriquece con su colorido la biodiversidad.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Un día sin GPS

Si habéis encendido hoy el móvil utilizando alguna aplicación que precise activar la ubicación, seguramente os habrá informado el sistema operativo de que se está estableciendo el posicionamiento solo con las redes móviles, y si habeis salido a alguna actividad con un receptor GPS, este habrá estado rastreando la señal de los satélites sin encontrarla.

 Pues bien, los receptores funcionan perfectamente, pero no se está emitiendo señal desde los satélites. Es así como la NASA, ha decidido celebrar todos los años el Día Mundiál de la Orientación.

 La idea viene de antaño, empezó en el 2008 cuando el grupo alpino tirolés Quatschwanderleute publicó en Die Zeit un artículo en el que alarmaba sobre la pérdida de sentido y de conocimientos de orientación que los receptores GPS estaban provocando en la mayoría de la población de los países desarrollados. La idea fue bien vista por grupos de montañeros, ecologistas, senderistas, navegantes y de todo tipo de actividades al aire libre. Fue años después, cuando el 2014, Charlie Bolden, de la NASA, empezó a tomarse en serio la drástica medida. Nadie se esperaba que empezase ya el 2016, pero tras la reciente muerte de  John Glenn, el que siempre recordaba que en su primer viaje al espacio solo utilizó instrumentos de orientación y cálculo manuales, Bolden ha decidido empezar ya con las medidas e interrumpir las señales de los satélites todos años durante el Día Mundial de la Orientación.

 "Al principio será un caos, sobre todo entre los conductores que miran mas sus GPS que la señalización, pero ya nos acostumbraremos a practicar la orientación todos los días 28 de este mes", afirmó Bolden en rueda de prensa.

jueves, 9 de abril de 2015

Procesionaria del pino. ¡Están aquí!

Bolsón de orugas procesionarias.

Durante las últimas semanas diversas publicaciones de salud, naturaleza y actividades al aire libre nos están advirtiendo  sobre los riesgos de la procesionaria del pinothaumetopoea pityocampa ). Esta oruga afecta a todas las especies de pinos y está presente en toda la Península Ibérica así como en otros países de la cuenca mediterránea, pero éste año está afectando mas de lo habitual al centro peninsular y en especial a la Sierra de Guadarrama en cuyas laderas mas soleadas podemos observar bolsones de larvas en la mayoría de los pinos.

El motivo es que las hembras de la procesionaria del pino tienen una puesta que puede llegar hasta 300 huevos por cada mariposa. Si las condiciones climáticas son las adecuadas llega a sobrevivir un alto porcentaje de las larvas, y ésto es lo que ha sucedido en el periodo 2014-15.

La flora y la fauna de la Sierra de Guadarrama ha llamado la atención de científicos extranjeros desde antaño, incluidas las plagas. Es el caso del entomólogo alemán Albrecht Hase; En su país había ya tradición en el estudio de las plagas forestales y los medios para combatirlas -normalmente mediante la protección de sus predadores- desde las publicaciones del Dr. Ratzeburg y el Prof. Hase vino a España en 1927 donde estuvo estudiando los efectos de la procesionaria del pino en el término municipal de Cercedilla. Esta plaga ya tiene historia.
Prof. Albrecht Hase



domingo, 25 de enero de 2015

Centenario de Giner de los Ríos

Casa de la ILE en El Ventorrillo

Y hacia otra luz más pura
partió el hermano de la luz del alba,
del sol de los talleres,
el viejo alegre de la vida santa.
¡Oh, sí!, llevad, amigos,
su cuerpo a la montaña,
a los azules montes
del ancho Guadarrama.
Allí hay barrancos hondos
de pinos verdes donde el viento canta.
Su corazón repose
bajo una encina casta,
en tierra de tomillos, donde juegan
mariposas doradas...

Allí el maestro un día
soñaba un nuevo florecer de España.

Antonio Machado.

El próximo 17 de febrero de 2015 se cumplirá el centenario de la muerte de un precursor del Guadarramismo; el ilustre pedagogo Don Francisco Giner de los Ríos, a quien Google ya le dedicó el pasado mes de octubre el siguiente homenaje virtual:


Durante el último tercio del siglo XIX, para los madrileños, la cercana Sierra de Guadarrama no era mas que un obstáculo en los caminos de Madrid  Segovia; un muro entra ambas mesetas frecuentado solo por ganaderos, leñadores y otras gentes dedicadas a actividades extractivas. Así, por aquella época, los únicos urbanitas que se adentraban por esas montañas eran los escasos naturalistas que la recorrían para sus investigaciones. Fueron unos pocos extranjeros residentes en Madrid los que comenzaron a realizar excursiones por la sierra "porque sí", por el mero placer de hacerlo.

Giner de los Ríos, a diferencia de la mayoría, no vio esta actividad como una chaladura y a la mitad de su vida comenzó a frecuentar estos cercanos pero desconocidos parajes. Solía salir con otras personas y acompañado siempre de su libreta para tomar todo tipo de notas, especialmente los topónimos, por los que preguntaba a todos los lugareños que encontraba por el camino. Recordemos que carecía de la cartografía precisa que nosotros tenemos y muchos de los topónimos que estaban en el habla de las gentes no aparecían en ninguna publicación. Constancio Bernaldo de Quirós le recordaba años después como "un sabio gozador de la naturaleza".

Pero Giner de los Ríos no quiso gozar el solo de la naturaleza, sino que vio en la sierra un lugar idóneo para llevar a la práctica sus ideas educativas. Para ello, como fundador y director de la Institución Libre de Enseñanza, organizaba excursiones con los profesores y alumnos de ésta e hizo construir un pequeño albergue para la Institución en El Ventorrillo, cuya fotografía encabeza éste artículo.

Con un carácter tan observador contrastaba un nulo sentido de la orientación, que unida a la falta de medios cartográficos le llevaba a perderse habitualmente. De poco le servía el conocer todos los topónimos si luego no sabía ubicarlos. De ello cuentan sus colaboradores varias anécdotas. Una de ellas se refiere un extravío que tuvieron camino de Hoyo de Manzanares. Desorientados ascendieron a un collado tras el cual esperaban divisar el pueblo de destino, pero una vez alcanzado el alto no vieron mas que un valle despoblado. Entonces, señalando al paisaje, dijo Don Francisco:

"Señores, yo les aseguro que la última vez que estuve en este sitio, el Hoyo de Manzanares estaba ahí".

 Hoy todos los libros de la Sierra de Guadarrama que se precien llevan alguna mención a la actividad del maestro en estas montañas, un refugio de montaña de la Pedriza lleva su nombre y varias sociedades excursionistas preparan homenajes por el centenario de su muerte. falta saber si hará algo al respecto el organismo gestor del Parque Nacional. Es notorio que mientras Giner de los Ríos apreciaba la sierra por su valor intrínseco, la Administración Pública la valora por Real Decreto, y sobre ésto parafrasearé al maestro:

"España es un país que cree mas en el Boletín Oficial del Estado que en su propia capacidad de trabajo. Se tiene la estólida convicción de que un Real Decreto o una ley resolverá por sí mismo todos los problemas"


viernes, 15 de agosto de 2014

Malos tiempos...

Transcribo literalmente éste párrafo: 

"Anoche me he desvelado extraordinariamente. La vida sedentaria me destruye. Entre otras cosas, me priva del sueño normal. Los ejercicios violentos me están ya vedados. El desquite era andar. En Madrid me las arreglaba para hacer caminatas de diez o doce kilómetros, en busca de un cansancio sano ,restaurador. Aquí (Valencia) no es posible. Entre la sofoquina canicular, que nos obliga a cobijarnos en lo mas fresco de la casa, y la falta de campo apropiado a mis gustos, me paso las semanas en inacción corporal. Todo está cultivado y poblado en los alrededores; las carreteras, intransitables, por exceso de tráfico. El caso de Madrid es singular para una capital. A los quince minutos de salir de casa, uno puede emboscarse en un monte solitario, disolverse en lo natural, no corregido por nadie. Sin hablar de la calidad del paisaje. Aquellos lugares infunden en el ánimo el tónico acendrado de su hermosura. Profunda, sin ostentación imponente. Solemne. Por via de la cual aprendí a evadirme de lo cotidiano y a restaurar en su nuda vetustez las cosas, como siempre fueron, antes de la mecánica, del turismo, de los deportes. Los riscos que señorean el Hoyo de Manzanares, abren un balcón sobre el valle de Cerceda, delante de la Maliciosa y la Pedriza. Un navazo alfombrado de yerbas olorosas: el horizonte, desde Gredos al Ocejón: Navachescas. Espesar de las encinas antiguas. Gamos en libertad. Suavidad incógnita del valle del Manzanares. Y aquel altozano, mas allá de Alpedrete, de cara al circo de Siete Picos y Cabeza de Hierro, brillante como acero, húmedo de nieves derretidas, de chorros que se despeñan. Mas lejos, la majestad del pinar de Balsain. Y los ocasos en Cueva Valiente, teñidos de rojo, de malva, los celajes sobre la tierra segoviana. Apropiándome por la emoción tales lugares, he sido mas fabulósamente rico que todos los potentados del mundo. Por aquí no hay nada comparable."
Manuel Azaña. 24 de julio de 1937.

  Viendo la fecha en la que Azaña escribió ésta nota, entendemos mejor el motivo por el que añora los paisajes por donde caminaba años atrás: España estaba en guerra civil y los lugares mencionados habían dejado de ser tan apacibles por estar en el frente o muy cercanos a el. Navachescas es el encinar al que se refiere cuando habla de la accesibilidad en quince minutos. En un automóvil de los años 30 y partiendo desde la Puerta de Hierro era posible llegar allí por la carretera de El Pardo a Torrelodones en ese tiempo. Semanas atrás, por esa carretera circularon miles de camiones y cientos de carros de combate en los preparativos de la ofensiva republicana sobre Brunete, batalla comparada por Beumelburg con las de la primera guerra mundial y a la que se refería von Oven como "El infierno de Brunete", ambos por el elevado número de bajas por hectárea que allí se produjeron. Así, mientras Azaña escribía esos renglones, por Navachescas no dejaban de pasar ambulancias cargadas de heridos de regreso a Madrid. 
   Respecto a las montañas mencionadas, éstas se encontraban ocupadas militarmente por tropas de distintos bandos; Cueva Valiente estaba en manos nacionales mientras que Siete Picos permanecía en manos republicanas. La Maliciosa, la Pedriza y Cabezas de Hierro, también en zona republicana, estaban mas alejadas del frente, pero en los pinares de Valsaín, a finales de mayo, también había tenido lugar una batalla que, tras cinco días de duros combates, dejó estabilizado el frente en esos valiosos bosques.

 Durante casi dos años mas permaneció la sierra dividida por las armas sin que nadie pudiese visitarla con los sentimientos que Azaña nos expresa. Él mismo, exiliado tras la contienda, no pudo volver a sus queridos paisajes que nosotros también apreciamos.

lunes, 15 de abril de 2013

Espacios cerrados

"El Guadarrama desde la Angorilla" Joaquín Sorolla 1907.
   Es cierto que la afluencia masiva de visitantes a la sierra provoca impactos negativos en el entorno, por lo cual, además de recordar a los visitantes las normas del respeto al medio ambiente, en algunos parajes se ha limitado el numero de entradas y regulado las actividades que dentro del espacio protegido se pueden realizar. Siempre cabe la discusión sobre si las medidas tomadas son las óptimas, pero es indudable que durante los últimos años se ha logrado la regeneración de espacios deteriorados.

   Ahora bien, en algunos casos se ha optado por otra solución. Ya que siempre es mas fácil prohibir que regular, hay varios espacios que están cerrados al público con la justificación de que donde no entra nadie no se deteriora nada. Cosa indudable, pero no es la mejor solución. Siguen algunos ejemplos:

  La garganta del río Moros: Consta de unas 7.000 hectáreas pobladas de pino silvestre y rodeadas de cumbres que suelen alcanzar mas de 2.000 metros de altitud. desde hace décadas, el Ayuntamiento de El Espinar la mantiene cerrada por riesgo de incendio durante los meses estivales. El objetivo se ha cumplido, pero sin llegar a tan drástica medida también se han evitado los incendios en los vecinos pinares de Valsaín, la Fuenfría y Peguerinos. Llama la atención en hecho de que en los meses en los que el valle está abierto lo está sin restricciones de ningún tipo, incluso se permite circular vehículos a motor por las pistas forestales que recorren el espacio, actividad que cada vez está mas restringida en entornos similares, y sin embargo, cuando está cerrado no se permite ni el derecho de paso a pié, aún atravesando dicho valle un sendero de gran recorrido: el GR-88.
  Otro contraste lo podemos encontrar en la entrada al valle desde la Estación del Espinar. Allí se encuentra la masificada área recreativa de La Panera, limitada por el norte con la entrada a la garganta. En el área recreativa "vale todo" mientras que al otro lado de la alambrada no vale nada. A quien quiera entrar en el valle desde la Panera se lo impedirán los guardias forestales, ahora bien, el que venga descendiendo desde el Puerto de Pasapán por estar recorriendo el GR-88 o haber andado las cumbres de la Mujer Muerta o la sierra del Quintanar, lo mas seguro es que no encuentre ninguna oposición hasta llegar a la puerta de la Panera, donde los guardias le preguntarán por donde ha entrado sin creer la respuesta; No les cabe en la cabeza que existan personas que se den esas caminatas por placer.

   Cuelgamuros: Son bien conocidos la basílica, el panteón y la monumental cruz que en este lugar se hayan y muchas han sido las polémicas que sobre este lugar se han dado durante los últimos años. Ahora bien, estas se referían solo al monumento y pocas veces al entorno natural sobre el que se alza. La Cruz de los Caídos está construida sobre un cerro en el centro del valle a cuya base se puede llegar en automóvil previo pago de entrada, pero dicho pago no da derecho a adentrarse por el bosque combinado que cubre todo el espacio. Este se puede observar desde la explanada de la basílica o bien desde lo alto, recorriendo la cuerda de Abantos donde una sólida tapia de dos metros de altura que sigue la divisoria de aguas, nos impide el acceso al valle. Dentro de ese recinto, además de una rica vegetación existen aún algunos pozos de nieve que abastecían de hielo al Escorial antes de que existiesen los frigoríficos.

  Monte de El Pardo: Este no está en la sierra sino al pié de la misma y tras las puertas de la capital. Durante siglos ha sido un coto de caza para los Trastamara primero y para los Austrias y los Borbones después. Esto le ha librado al Monte del Pardo del deterioro que tienen sus dehesas circundantes (salvo por el norte, donde sorprenden los paisajes del curso medio del Manzanares). Si se llega a abrir al público tendría que ser con restricciones, sobre todo para los vehículos a motor. Solo un 10% de sus 16.000 hectáreas están abiertas al público mientras que el resto no es visitable bajo ningún concepto. A quien para cualquier observación o investigación solicite un permiso de entrada, le será sistemáticamente denegado. Solo se puede observar desde fuera, ya sea desde las alturas de Torrelodones o desde las cumbres de la Sierra de Hoyo de Manzanares.

  Paradójicamente una línea férrea atraviesa la parte sur del monte y así, quien tome la línea de cercanías Madrid-Villalba podrá contemplar entre Pitis y el Pinar de las Rozas un amplio encinar poblado por ciervos y jabalíes, pero nadie podrá visitar el lugar desde donde el pintor Sorolla retrató el hermoso paisaje que encabeza esta entrada.

 ¿Nadie?